Desde que me incorporé a Vitacuire, la previsión ha sido importante: siempre ha habido una cultura de previsión de ventas en la empresa. Gracias a los cálculos automáticos de Colibrí, enseguida fuimos más fiables en la previsión de productos de los que teníamos un historial de ventas. Colibri tiene muchas cosas muy positivas. El primero es quizá la sencillez de aplicación, y hoy puedo confirmar que no se trata de un argumento de venta: es la verdad. El diálogo con Colibrí también fue muy valioso, porque hablamos de forma clara y concreta. Nuestros archivos Excel eran nuestras especificaciones: sabíamos lo que necesitábamos y nos dimos cuenta de que Colibri cumplía todas nuestras expectativas. Colibri era 100.000 veces más potente que los archivos que habíamos estado utilizando. Para nosotros, Colibri es algo más que una herramienta de previsión. Es un verdadero apoyo para la colaboración entre equipos. Hoy en día, utilizamos la herramienta un poco como un CRM, y ya no sólo como una herramienta de previsión de cifras.
La historia de Vitacuire comenzó en 1952, cuando Ginette y Emile Krief empezaron a repartir hojaldre congelado.
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